Hola hola!
En fin, dejo por aqui este fragmentillo un poco verderón. Avisar lo que aviso siempre. Es un fragmento para mayores de 18 años, aquel que continue leyendo lo hace bajo su propia responsabilidad. Decirme que os parece.
Sabor
Abrió la puerta de golpe, cabreado. Pasó como un huracán, dándole ganas de arrasar con todo lo que pillase por delante en la habitación. Oyó como sonaba la puerta, rebotando contra la pared y segundos después, noto una presencia detrás suya y oyó como la puerta se cerraba de otro portazo, dándose la vuelta a continuación.
– Se puede saber que cojones te pasa?-
Le miró, con dagas en vez de con los ojos.
– Encima tienes la cara de preguntarme que qué cojones me pasa? Tú de que vas?-
Noto como se reia.
– Que de qué voy? No se, dímelo tu… Que yo sepa no he hecho nada para que me hayas contestado como me has contestado y mucho menos para que me desprecies como lo has hecho…-
Ahora fue su turno de reírse.
– Que no… que no has hecho nada? Me estas vacilando? El otro día me dejas caer sin anestesia que estas enamorada de mi y te vas, dejándome con la palabra en la boca… Te tiras una semana, UNA PUTA SEMANA, ignorándome por WhatsApp, no cogiéndome el teléfono y no abriendo la puerta cuando vengo a tu casa… Te parece poco o sigo?-
– He estado ocupada…-
Se rió, con una carcajada que reboto en todas las paredes de la habitación.
– Has estado ocupada unicamente para mí? Porque al resto de nuestros amigos si les coges el teléfono y si que les abres la puerta… Manda cojones que tenga que venir con uno de ellos para que me abras la puerta, porque si no es a traición no hay manera…-
– Ha sido casualidad…-
– Ya claro, casualidad… Y ha sido casualidad tambien que el otro día te viera en brazos de otro…? Como tienes la cara de decirme que estas enamorada de mí, sabiendo lo que yo siento por ti y que luego hagas lo que has hecho? Y encima me dices que qué cojones me pasa?
– Me equivoque…-
– Que te equivocaste? En que? – Se acercó a ella en pocas zancadas, dejándola arrinconada entre sus brazos y la pared- Dime que cuando me acerco no te late el corazón tan deprisa como el mío. Dímelo mirándome a los ojos, que aunque me lo digas me dará igual porque le estoy oyendo desde aqui…-
Acercó su cara a la de ella, tocando con su nariz su mejilla, despacio, lentamente, notando cómo su respiración se iba acelerando y cómo sus manos apretaban su camisa entre sus dedos.
– Dímelo… Dímelo sinceramente y me iré. Me iré y jamas volverás a verme, al menos hasta que esta hoguera que tengo en el pecho se apague y no queden ni cenizas…- Se separó y la miro a los ojos, esperando una respuesta.
– No… no puedo… No podemos…-
– No puedes? Sabes qué es lo que yo no puedo hacer? Tenerte tan cerca y no pensar en comerte la boca y fundir mi lengua con la piel de esos rincones bajo la ropa en los que me encantaría perderme… O follarte hasta que te quedes afónica de gritar mi nombre entre las sabanas de mi cama…-
La miro y notó el cambio del color de sus ojos, oscureciéndose por momentos.
– Sabes lo que me estoy controlando de tenerte a esta distancia y no robarte el aliento con un beso?-
– No te controles…-
En cuanto termino de hablar, se acerco y la beso, capturando su labio inferior y delineando com su lengua el mismo, para después dejar que se introdujera en su boca y conquistara la sedosidad de su interior.
La oyó de gemir y apretó su cuerpo mas contra el de ella, bajando a la vez las manos por sus piernas para elevarla de los muslos y arrinconarla contra la pared, notando como las piernas de ella se anudaban a su cintura, procurando que apenas quedara espacio entre los dos cuerpos.
Subió las manos desde sus muslos y le cogió las manos para subírselas encima de su cabeza, sujetándolas con una de sus manos y dandole una embestida con su pelvis, ocasionando un gemido que se escapó de su boca.
Bajó la mano que tenia libre para cogerla de la mandíbula, delineando con sus dedos la linea de la misma, y bajando entremedias de sus pechos hasta llegar al boton de su pantalón.
Se separó de ella dandole un mordisco en el labio inferior, para empezar a bajar sus besos por la mandíbula hasta su cuello. Cuando llego donde el pulso latía mas fuerte, mordió a la vez que inconscientemente daba otra embestida mas con su pelvis y la erección que ya se empezaba a notar dentro de su pantalón.
La oyó de gemir y sus hábiles dedos empezaron a desabrochar el boton del pantalón, para después colar su mano por dentro de su ropa interior, que ya se encontraba húmeda y caliente.
– Para… nuestros… nuestros amigos… –
Se separó de su cuello y mientras la miraba empezó a mover sus dedos alrededor de ese manojo de nervios que se encontraba hinchado, buscando un alivio que iba a encontrar en poco tiempo.
La vio de abrir la boca para jadear y, cerrando los ojos echo la cabeza hacia atrás, apoyándola en la puerta.
Se acercó a su oido y después de morderle el lóbulo, acercó sus labios hasta que notó como su cuerpo temblaba entre sus manos.
– Estas segura? Porque tu cuerpo no me esta diciendo lo mismo…-
Aceleró sus movimientos alrededor de ese punto y noto como sus piernas le acercaban mas a ella.
Se separó para mirar los gestos de su cara.
– Mírame por favor…-
Despegó la cabeza y abrió los ojos, fijando sus pupilas en él.
Juntó sus frentes.
– Córrete para mi… Córrete para mi, mi amor…-
Notó como su cuerpo se tensaba entre su cuerpo y la pared, presa del orgasmo que la estaba partiendo en dos y se bebió el gemido que subía por su garganta.
– Eres tan preciosa siempre, pero cuando te corres eres un espectáculo de la naturaleza…-
Cuando noto como su cuerpo paraba de los espasmos después del clímax, sacó sus dedos de la ropa interior y con la mirada fija en ella, se los llevo a la boca, chupándolos como si de un helado se tratara.
Oyó cómo aguantaba la respiración al verle de hacer eso.
Sonrió.
– Pero es que además de ser preciosa, sabes muy bien…-
Y nada, lo de siempre. Quejas, ruegos y preguntas a cualquiera de las redes sociales que tengo disponibles por ahí. Gracias!
Ire.